jueves, 19 de julio de 2012

La inestimable ayuda de mi jefe

Cuando hago un proyecto, sé que hay determinadas cosas que mi jefe me va a cambiar. Da igual lo que ponga, él las cambiará. Yo lo comprendo PERFECTAMENTE: hay determinadas tomas de decisiones de gran importancia y responsibilidad, como EL TÍTULO del proyecto, que no se pueden dejar en manos de cualquier jovencita sexi que aparezca.
Sí, sí, el título. Ni la estructura, ni los detalles constructivos, ni chorradillas así. El título. Asi que ya ni me molesto en intentarlo....


Yo: Amado y adorado jefe, ¿qué título pongo a este proyecto?

Mi jefe se concentra intensamente...

Jefe: Pequeña e inexperta Goethita, pon: "proyecto básico y de ejecución de instalación de ascensor y...y..."

(¡Oh, qué suerte! ¡Mi juego favorito de "yo digo un posible título y mi jefe dice: no, ése no" y así durante horas! )

Yo: ¿y redistribución de espacios?

Jefe: Ummmm.... no, eso no

Yo: ¿y separación de aulas mediante tabique móvil?

Jefe: ¡Jajaja! ¡No! (¿Ja ja ja? ¿este tipo es idiota o qué?)

Yo: ¿y reforma de aulas?

Jefe: No, no, eso tampoco

Jefe: Ummmmm (otra vez concentrado mirando bovinamente el techo)
Jefe: Ummmmm (le va a salir humo)
Jefe: Ummmmm (creo que va a estallar)

Jefe: ¡Ya sé!

Jefe: ¡¡¡ y redistribución de espacios!!!

Me suena. ¿No ha sido ésa mi primera respuesta? ¡¡Este tío es tonto!! ¡Y pensará que se le ha ocurrido a él solito!