-Venerada madre, ya he mirado lo que me habías pedido. La respuesta es NO.
-Ahhhh, vale.
-Errr... sí...
-Bueno, hija, ¿y qué tal te va?
¿¿¿???
-¿Qué tal me va QUÉ?
-Pues no sé... la vida... tus cositas....
-¿¡¿QUÉ?!? ¡Hemos comido juntas! ¡Te he visto hace tres horas o así!
-Ya, ¿y?
-¿Cómo que "y"? ¡Lo lógico es que me hubieras preguntado en la comida! ¡No ahora, por teléfono, como si no nos hubiéramos visto en décadas!
-Ay, hija, hay que ver cómo eres. Si te pregunto porque te pregunto, y si no te pregunto porque no te pregunto. ¡Una ya no sabe cómo acertar!
Vale, que alguien me diga la verdad. ¿La loca soy yo o mi madre?