martes, 5 de mayo de 2015

Mi madre es Iker Jiménez

Esto lo conté en un comentario hace tiempo, luego pensé que lo quería dejar aquí escrito y lo copié en una entrada.... que olvidé publicar. 

O_O

Pero nunca es tarde.... ¡mi blog-anecdotario-que-habla-todo-el-rato-de-mí tiene que estar completito para las generaciones futuras!

Hace un tiempecito mis padres tuvieron una humedad brutal que ocupaba toda la pared. Un día mi hermana me encontró sentada en el sofá mirando los desconchones de la pared.

-¿Qué haces?
-Mirar la pared. ¿Ves qué escena más bonita? ¡Son unos niños subidos en una roca con el pelo agitado por el viento! ¡Es PRECIOSA!
-¡Anda! ¡Es verdad! ¡Qué bonito! ¡Qué paz transmite!


Y allí nos quedamos las dos observando la pared y diciendo lo que veíamos...

Al rato apareció mi madre.


-¿Qué hacéis ahí sentadas como dos pasmarotes?
-Mirar la pared. Hay un montón de cosas. Y una escena preciosa de unos niños


Mi madre, supersticiosa como buena gallega que es, nos miró fijamente. Miró la pared, y se lanzó a arrancar la pintura desprendida 
COMO SI NO HUBIERA UN MAÑANA. Con las uñas. Y si hace falta que sangren los deditos, pues sangran. La dejó lisita y sin dibujos en un par de minutos.

-Hala, ¡ya está! Dibujitos a mí...

Y se fue muy ufana pasillo adelante...